VALORES VICENCIANOS

Una visión Vicenciana para cumplir la misión de educar para el futuro

El colegio ofrece a la población de su entorno, el Ideario de los Centros Vicencianos, que se sitúa en el marco de la Escuela Católica y promueve la educación integral de sus alumnos.

El colegio ofrece a la población de su entorno, el Ideario de los Centros ducación integral de sus alumnos.

COLEGIO PURÍSIMA
CONCEPCIÓN SANTANDER

VALORES

Creemos en la educación integral,
que favorece el desarrollo de todas las dimensiones de la personalidad del alumno.

Educamos a alumnos capaces de convivir y compartir, comprometidos por la justicia y favoreciendo su inserción en el mundo de forma responsable y constructiva.

Adaptamos la educación, a las necesidades de cada alumno, articulando las medidas de atención a la diversidad y optando por una educación personalizada.

Ponemos al alumno en el centro, haciéndole protagonista de su aprendizaje y potenciando la motivación, la cultura del esfuerzo y el estímulo.

Trabajamos la apertura a la trascendencia, el desarrollo de la interioridad para abrir al alumno a la experiencia de Dios.

Curso 23 - 24

Más de 150 años mirando hacia
el futuro

En 1862, Sor Tomasa de Odriozola y Galarmendi, Hija de la Caridad, en colaboración con su hermano Miguel, donan la casa que habían recibido en herencia de sus padres para abrir una escuela gratuita para niñas pobres; en el documento fundacional hicieron constar dos condiciones: “que las alumnas sean niñas pobres y que si algún día la fundación desapareciera, la casa volvería a ser propiedad de la familia”.

Este edificio situado en la céntrica y antigua calle de Ruamenor, n.º 14, no gozaba de un emplazamiento del todo favorable, por su proximidad a lo que hoy es conocido como “barrio chino”. Sin embargo, siempre se tuvo gran interés en que permaneciera en ese lugar por ser la casa que los fundadores habían legado para hacer la fundación.

Al principio se abrieron dos clases; después aumentaron cuatro aulas más de Primera Enseñanza y dos de Párvulos. Se trabajaba con entusiasmo en la “instrucción de niñas y jóvenes”, así como en otras actividades: biblioteca, teatro, clases nocturnas. Asimismo funcionaban las asociaciones de “Hijas de María» y las “Damas de la Caridad”.

Unos años antes de la guerra del 36, una epidemia asola Santander. La Comunidad de este colegio se ofrece para curar a los enfermos, y una Hna., Sor Emilia, muere víctima del contagio. Las Autoridades en agradecimiento le dedican una calle, “Calle Sor Emilia” y colocan una placa a la entrada de la casa.

No se conocen más detalles de estos años; sin lugar a dudas, la labor educativa desarrollada en sus aulas transcurrió en paz y fue fecunda. Pero esta paz se vio truncada por la proclamación de la II República en 1931. El 29 de Agosto tienen que dejar “su escuelita”; cuando la situación empeora se ven obligadas a salir de Santander. El 26 de Agosto de 1937 es liberado Santander. Poco tiempo después la Comunidad se reúne y vuelve a “reabrirse” Ruamenor con lo poco que encontraron.

Al comenzar el curso 1937/38 se reanudan las clases y de nuevo el colegio se ve repleto de alumnas. Poco duró este bienestar pues el incendio ocurrido los días 15 y 16 de abril de 1941 deja todo arrasado; como recuerdo sólo quedó la campana de la Iglesia.

Gracias al tesón de las Hermanas, el 6 de agosto de 1943 es adquirido “el chalet de Saiz de Baranda”, en la calle Alta. Dicho chalet tenía una espléndida huerta con árboles frutales y hermosas flores. A finales de 1943 se abre el nuevo Colegio; éste dispone de dos clases de Párvulos y seis para niñas de Primera Enseñanza. También se imparte Taqui-Mecanografía y un buen número de alumnas se preparan para Bachillerato y Comercio, actividades ya iniciadas en Ruamenor después de la guerra.

Allí acuden también muchas jóvenes por la tarde a coser; se preparan el equipo de novia. En esta tarea colabora la asociación de «Hijas de María». La formación docente se completaba con la catequesis en la parroquia y las visitas y aportación económica que la asociación “Luisas de Marillac”, hacía a los pobres en sus domicilios.

En 1967 se inaugura el nuevo pabellón, que es donde actualmente están ubicadas las clases. En 1968 se añade un pequeño pabellón para gimnasio y salón-capilla.

Unos años antes de la guerra del 36, una epidemia asola Santander. La Comunidad de este colegio se ofrece para curar a los enfermos, y una Hna., Sor Emilia, muere víctima del contagio. Las Autoridades en agradecimiento le dedican una calle, “Calle Sor Emilia” y colocan una placa a la entrada de la casa.

No se conocen más detalles de estos años; sin lugar a dudas, la labor educativa desarrollada en sus aulas transcurrió en paz y fue fecunda. Pero esta paz se vio truncada por la proclamación de la II República en 1931. El 29 de Agosto tienen que dejar “su escuelita”; cuando la situación empeora se ven obligadas a salir de Santander. El 26 de Agosto de 1937 es liberado Santander. Poco tiempo después la Comunidad se reúne y vuelve a “reabrirse” Ruamenor con lo poco que encontraron.