Durante este mes de mayo en nuestros centros hemos estado recordando a María. En torno a ella nos hemos reunido en el patio, en las clases o en la capilla para dar Gracias a Dios por este regalo que es ella, María, nuestra Madre que nos cuida, que está siempre con nosotros y nos anima en nuestras dificultades diarias.
Queremos dar gracias a María, nuestra Madre del cielo, por nuestros colegios vicencianos, por nuestra comunidad educativa, por la Madre Tierra, por la naturaleza que nos rodea y las flores que alegran nuestra vida, regalos del cariño que Dios y Ella misma nos tienen.
Gracias, María, por estar presente en nuestras vidas, por ser guía, madre y modelo de fe. Dice el Evangelio de Lucas “¡Bendita tú eres entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre!” Gracias, María, por concebir en tu vientre a Jesús, hijo del Padre, el que iba a salvarnos y perdonar nuestros pecados. Gracias por ayudarnos a conocer el valor del año, el Amor.
¡Gracias María!